Todos tenemos nuestras cositas. Mientras que algunos nos encanta la literatura, otros nos enfocamos en las matemáticas y otros en las ciencias naturales. ¡Esa es la belleza de la diversidad!
Usualmente, nos damos cuenta rápido cuando una materia se nos hace difícil. Es entonces que pensamos que dedicarle unos minutos adicionales a la materia para ver si eso ayuda. Sin embargo, no es suficiente y eso nos lleva al segundo punto…
¡Qué chavienda! ¡Estudio solo, estudio mucho y aún no salgo bien! ¿Te suena familiar? De ser así, debes considerar darle a tu hijo tutorías.
No es cuestión de falta de capacidad, sino es de tener ese apoyo y estrategias de una persona que tenga buenos consejos y estrategias de aprendizaje. A veces es cuestión de practicar con una persona externa lo que les brinda seguridad o ayuda en cómo preparar la libreta o asistencia en la preparación de repasos.
A pesar de que pregunta en el salón, siente que le hablan mandarín. A pesar de que pide ayuda a sus compañeros, no entiende. A pesar de que busca videos, siente que se le quedan cosas sin entender. No entiende sus apuntes y se sigue aumentando el nivel de frustración. Cuando le dices que hable con la maestra, siempre te cuenta que ya lo hace. Sin embargo, no le funciona nada de lo que hace solo. ¿Ves? Nunca es tarde para una ayudita y, cuando estas cosas pasan, ya es hora que coordines tutorías para tu hijo.
Aunque mencionado último, es el punto más importante a considerar si tu hijo habla contigo, definitivamente es hora de buscarle tutorías a tu hijo. No es fácil admitir que necesitamos ayuda, así que reconocer esto es un paso sumamente importante para tu hijo.
Contesarle cosas como “¿Seguro? Me parece que debes seguir intentando” o “siento que debes dedicarle más tiempo” invalida su forma de sentir y lo hace dudar aún más de su capacidad.
Por lo tanto, si te pide ayuda, definitivamente tu hijo necesita tutorías.